Hoy en día, observamos como el aspecto físico para la mayoría de la comunidad adolescente, desempeña un rol más relevante ante otras cosas, un cuerpo esbelto, un rostro impecable y delicado son sinónimo de aceptación en una sociedad absorbida por el consumismo; un gran ejemplo de esto son los productos y/o artículos de belleza, ya que se encargan de crear en las personas un prototipo “ideal” para estar cada día mas cerca de “la perfección física” y pretender lograr abolir las secuelas de la edad.
Por otra parte, en los campos del estudio del comportamiento humano, se dice que la vanidad se produce en la etapa de la niñez, en donde los padres contemplan demasiado a su hijo y las consecuencias de esto se empiezan a ver reflejados en la época de la adolescencia, en donde estas personas se vuelven excesivamente egocéntricas. Se cree que la vanidad esta muy ligada al entorno y a la opinión de las personas que se encuentran en el; esta se puede superar siempre y cuando la persona que la posea tenga un alto de nivel de autoestima y su personalidad bien desarrollada para dar fin a esto y crearse sus propios ideales.
En conclusión, la sociedad actual se encuentra cegada ante una realidad superficial acerca de lo realmente importante para la vida cotidiana, como lo son conocimientos, sentimientos y todas aquellas emociones y pensamientos que como seres humanos llevamos
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